Un obra incomoda.

A continuación el reportaje publicado hoy en el suplemento de cultura de La Voz del Interior.
lo marcado en negrita es, parte del reportaje que no salió publicado.
http://www.lavoz.com.ar/suplementos/cultura/09/04/30/nota.asp?nota_id=512372

La planta de la discordia
Dolores Cáceres presenta hoy un video en torno de su polémico proyecto “Qué soy”. Desplegará opiniones de taxistas sobre la siembra de soja en el Museo.
Emanuel Rodríguez
De nuestra Redacción
erodriguez@lavozdelinterior.com.ar

Manifestaciones en contra, intervenciones de todo tipo y una enciclopedia del insulto virtual en el blog de la obra: está claro que Dolores Cáceres, con su Proyecto Qué Soy, cosechó algo más que soja.

La obra de arte público que modificó el paisaje de los jardines del Museo Caraffa con ubna siembra de soja, está ahora en su etapa de cosecha, y propone para hoy una performance de video con opiniones de taxistas cordobeses en torno de un proyecto que, desde la potencia de un simbolo polémico, pretende mostrar otra cara del problema sojero. La autora, que ha respondido a cada una de las acciones en su contra en el blog proyectoquesoy.blogspot.com, opina que la soja en el Caraffa generó tanto revuelo “Porque la obra es una pregunta”.

Cáceres continúa: “Una pregunta es según Deleuze una demarcación de territorio conceptual que mueve al otro de su lugar estable, que lo pone en movimiento. Qué soy pregunta no sólo qué es la soja sino también ¿qué es arte? ¿qué es ser artista? ¿qué es ser museo? Que soy es una pregunta que invita a la reflexión, un concepto que pone el arte al servico del pensamiento, una metáfora, una obra abierta que interactuó con la ciudad, que buscó vincularse con las personas de la comunidad y que, como practica relacional, actuó como shifter, esto es, un dispositivo que generó subjetividades estancadas”.

“Un artista distorsiona lo que percibe del mundo –dice Dolores Cáceres–, irónica y abiertamente, con el fin de dar nuevas perspectivas.

–¿Qué evaluación hacés de lo que ha pasado hasta ahora con “Qué Soy”?

–Hace más de 10 años que trabajo en piezas de arte público. En la Bienal de la Habana en Cuba, intervine una estación de bici taxistas que funcionaron como esculturas móviles en la ciudad con la leyenda “Dolores de Argentina”. En la Bienal del Fin del Mundo en Ushuaia intervine una playa del Canal Beagle con la leyenda “El Artista Señala”, que después prendí fuego, como homenaje a los pueblos originarios de la región, los Yámanas. Que Soy, en comparación a proyectos anteriores, creó una situación singular que se vió potenciada por el concepto de work in progress: hubo que sostener el proyecto en el tiempo y además se diseñó un sistema de relaciones, como por ejemplo el blog.

–¿Y qué pasó con esas relaciones, cómo fueron?

–No tenía idea de cómo reaccionaría la ciudad, pudo haberla ignorado y la obra sería ese vacío. Como artista me propuse una obra incómoda y nunca pensé que se le exigiría ser un panfleto político. Esa exigencia manifestó que no hemos terminado de definir cuándo una pieza es arte y cuando no. Los problemas se generan cuando una obra, su valor de uso y de exposición, son capturados por la contingencia de la política o la falta de mediación, que la vacían de contenido, al desplazarlas fuera de su ámbito específico. Además hay que destacar la poca experiencia del medio en la recepción de este tipo de realizaciones.

–¿Por qué te parece importante reflejar la mirada de los taxistas sobre la obra?

–A los taxistas, como actores urbanos, se los considera ajenos al museo y no tienen presencia en los espacios tradicionales del arte. Pero sí tienen contacto con las piezas de Arte Público. Fue interesante descubrir como se apropiaron del proyecto y se expresaron en libertad como espectadores en movimiento (que miran en una especie de desatención, porque por otra parte lo hacen mientras están trabajando) El video es un territorio de encuentro, un cruce con la obra donde se infiere que la presencia de la siembra de soja en la ciudad, es una pregunta sobre cual es el borde, el limite entre el arte y la vida, la frontera entre la calle y el museo y el rol publico y social del arte. Es la misma obra la que define esos límites.

–¿Cómo sigue Qué soy después de esto?

–Voy a sembrar la soja cosechada en el Museo Caraffa, en un museo en Shangai, China.