En el arte público algunos distinguen dos líneas de trabajo: una vinculada a la contextualidad espacial; y otra con su contenido crítico. A mi entender el proyecto QUE SOY cumple con ambas premisas ya que ocupando un lugar público, da lugar a diversas interpretaciones, lecturas y opiniones sobre el papel de la soja en la vida de los argentinos. Al respecto me pregunto: ¿Qué sucederá si el cultivo de la soja continúa extendiéndose por nuestras tierras?; ¿cuáles serán las consecuencias de los plaguicidas?; ¿cuál será el futuro de nuestra vegetación autóctona?. Entonces: ¿qué intereses defendemos?, ¿pensamos en las generaciones venideras?. Tal vez seamos las víctimas de nuestra propia ignorancia o quizás la codicia de algunos les provoque la pérdida de discernimiento en lo que atañe al interés verdadero de sus propias vidas y de las del resto de los argentinos. Profesor Beto Lorenzati. http://betolorenzati.blogspot.com
Tal vez sea este el canal comunicativo apropiado para incluir más gente en el debate, o simplemente para lograr mayor fluidez en nuestras conversaciones. "Hola Dolores. Primero, quería manifestarte mi satisfacción al haber recibido tu correo y tan repentinamente. Considero que "el mundo que nos ofrecen" también es el mundo que nosotros reproducimos, creamos, recreamos, transformamos, o simplemente lo vemos pasar esperando poder crecer, tener una familia, comprar un televisor y un despertador de un peso cincuenta para no llegar tarde al trabajo. Todo depende de cómo nos posicionemos frente a la realidad, y cómo decidamos encararla. También es el mundo que nosotros ofrecemos a los demás, forma parte de sentirnos actores partícipes de la realidad. Y eso hace también a cuán silenciosa o no puede llegar a ser la realidad, teniendo en cuenta que la realidad no es sino una concepción, una representación que el ser humano tiene de la misma, de los fenómenos que suscitan en ella. Cual si fuese una obre de arte. Alguien puede interpretar que la plantación de soja en el caraffa (entre los cuales estuve) es una demostración de poder de las cámaras agroempresariales, cuestión no muy descabellada, por cierto, a juzgar por quien administra el museo; otros pensarán que una plantación de soja, es nada más y nada menos que una plantación de soja, y de artístico tiene poco; otros dirán qué bueno que algo que no está inmiscuido en la falsa dicotomía "Campo" - Gobierno trascienda justamente en los medios (preferiría llamarle fines) de comunicación, actor no menos importante en el conflicto; otros pensarán que adorna un museo acorde a lo que fue la gestión De la Sota, Schiaretti y muchos más; y la lista podría continuar... Es así que nuestra concepción de la realidad, determina cuáles fenómenos serán estruendosos, cuáles ensordecedores, y cuáles serán víctimas del mutismo al que tantas expresiones sociales están condenadas. Por otro lado, creo que no es una cuestión menor el hacho de hacer una intervención que implique el crecimiento de una planta en la puerta de un museo. Atravesados como están los museos (no por fruto de la casualidad, evidentemente, sino por la elitización de las manifestaciones artísticas) por lo pretérito, por lo antiguo, por lo muerto; lograr una intervención que es representación de vida en su sentido amplio (por que hilando fino, la soja está muy relacionada con la vida ganadera, pero mucho más cerca de la muerte de biodiversidad invaluable, muerte del campesinado indígena, muerte de la población rural, entre otros). Es prácticamente una paradoja, una excepción, una innovación: ¡VIDA EN UN MUSEO! Es un punto que tal vez no sea un objetivo de la obra, tal vez ni siquiera coincidis en esto que estoy diciendo, pero me parece que se puede vislumbrar algo que sería un avance cultural de gran magnitud: que los museos tengan vida, tengan gente, tengan pueblo. Siguiendo bajo los mismos preceptos, esta no es más que una concepción, una representación de un fenómeno, como es una porción de las manifestaciones culturales occidentales; y como tal, admite diferentes lecturas e interpretaciones. Es por eso que creo que la obra está muy lejos de ser silenciosa. Considero convencidamente que el arte debe apoyar al pueblo, sin embargo, también estoy convencido que no debe ser panfleto. Es un reduccionismo en el que cayó el realismo socialista, y lo que logró fue coartar manifestaciones artísticas de elevadísimo nivel, cayendo repetidamente en autoritarismos artísticos, si se permite la conjunción de palabras casi contradictorias. Estoy de acuerdo con vos en que tiene que ser la obra la que hable, sin embargo no termino de comprender a que te referís con que "el primer análisis de comunicación ya quedó agotado y empezás otro". Otra duda que me gustaría despejarme, es ¿Cómo conseguiste lograr esa intervención en el museo regenteado por el paladín del capitalismo menemista en Córdoba? Es algo que no termino de explicarme, sabiendo la orientación que le quisiste dar a la obra. Imagino que tuviste que presentar un proyecto que debió ser aprobado. No creo que el caraffa preste su jardín ante el primer pedido. Creo que me extendí demasiado, pero va a cuenta de los días que tardé en escribirte, incorregible defecto mi impuntualidad. De más está decir que tus deseos de continuar estas conversaciones son mutuos. Saludos.
Dolores: Se ha mencionado que hubo 20 artistas trabajando en la obra, me gustaría saber sus nombres. Por otro lado, al observar el despliegue de la intervención es evidente que se requirió una importante cantidad de dinero para la compra de semillas, el tendido de riego por goteo, fertilizantes y jardineros contratados para el cuidado durante todo el tiempo requerido;¿quién financió la obra?.
Y Yo. Quien queres que la pague... Secretaria de Cultura? No tiene presupuesto. El Banco de Cordoba? No hay creditos para artistas. Monsanto? Que yo sepa no sponsorea obras de arte y si asi lo hicieran no les pediria que me financien. No existe un Fondo Provincial de las Artes. Es una obra efimera. No esta a la venta. No cobro entrada. Es mas, las semillas que coseche, las voy a donar a la Fundacion Surcos, que impulsa la creacion de huertas en los asentamientos marginales del Gran Cordoba. Si seguis leyendo el blog, en las primeras entradas vas a encontrar la lista de artistas y amigos que me acompañaron en la siembra.
En el arte público algunos distinguen dos líneas de trabajo: una vinculada a la contextualidad espacial; y otra con su contenido crítico. A mi entender el proyecto QUE SOY cumple con ambas premisas ya que ocupando un lugar público, da lugar a diversas interpretaciones, lecturas y opiniones sobre el papel de la soja en la vida de los argentinos. Al respecto me pregunto: ¿Qué sucederá si el cultivo de la soja continúa extendiéndose por nuestras tierras?; ¿cuáles serán las consecuencias de los plaguicidas?; ¿cuál será el futuro de nuestra vegetación autóctona?. Entonces: ¿qué intereses defendemos?, ¿pensamos en las generaciones venideras?.
ResponderEliminarTal vez seamos las víctimas de nuestra propia ignorancia o quizás la codicia de algunos les provoque la pérdida de discernimiento en lo que atañe al interés verdadero de sus propias vidas y de las del resto de los argentinos.
Profesor Beto Lorenzati.
http://betolorenzati.blogspot.com
Tal vez sea este el canal comunicativo apropiado para incluir más gente en el debate, o simplemente para lograr mayor fluidez en nuestras conversaciones.
ResponderEliminar"Hola Dolores. Primero, quería manifestarte mi satisfacción al haber recibido tu correo y tan repentinamente.
Considero que "el mundo que nos ofrecen" también es el mundo que nosotros reproducimos, creamos, recreamos, transformamos, o simplemente lo vemos pasar esperando poder crecer, tener una familia, comprar un televisor y un despertador de un peso cincuenta para no llegar tarde al trabajo. Todo depende de cómo nos posicionemos frente a la realidad, y cómo decidamos encararla. También es el mundo que nosotros ofrecemos a los demás, forma parte de sentirnos actores partícipes de la realidad. Y eso hace también a cuán silenciosa o no puede llegar a ser la realidad, teniendo en cuenta que la realidad no es sino una concepción, una representación que el ser humano tiene de la misma, de los fenómenos que suscitan en ella. Cual si fuese una obre de arte. Alguien puede interpretar que la plantación de soja en el caraffa (entre los cuales estuve) es una demostración de poder de las cámaras agroempresariales, cuestión no muy descabellada, por cierto, a juzgar por quien administra el museo; otros pensarán que una plantación de soja, es nada más y nada menos que una plantación de soja, y de artístico tiene poco; otros dirán qué bueno que algo que no está inmiscuido en la falsa dicotomía "Campo" - Gobierno trascienda justamente en los medios (preferiría llamarle fines) de comunicación, actor no menos importante en el conflicto; otros pensarán que adorna un museo acorde a lo que fue la gestión De la Sota, Schiaretti y muchos más; y la lista podría continuar... Es así que nuestra concepción de la realidad, determina cuáles fenómenos serán estruendosos, cuáles ensordecedores, y cuáles serán víctimas del mutismo al que tantas expresiones sociales están condenadas.
Por otro lado, creo que no es una cuestión menor el hacho de hacer una intervención que implique el crecimiento de una planta en la puerta de un museo. Atravesados como están los museos (no por fruto de la casualidad, evidentemente, sino por la elitización de las manifestaciones artísticas) por lo pretérito, por lo antiguo, por lo muerto; lograr una intervención que es representación de vida en su sentido amplio (por que hilando fino, la soja está muy relacionada con la vida ganadera, pero mucho más cerca de la muerte de biodiversidad invaluable, muerte del campesinado indígena, muerte de la población rural, entre otros). Es prácticamente una paradoja, una excepción, una innovación: ¡VIDA EN UN MUSEO! Es un punto que tal vez no sea un objetivo de la obra, tal vez ni siquiera coincidis en esto que estoy diciendo, pero me parece que se puede vislumbrar algo que sería un avance cultural de gran magnitud: que los museos tengan vida, tengan gente, tengan pueblo. Siguiendo bajo los mismos preceptos, esta no es más que una concepción, una representación de un fenómeno, como es una porción de las manifestaciones culturales occidentales; y como tal, admite diferentes lecturas e interpretaciones.
Es por eso que creo que la obra está muy lejos de ser silenciosa. Considero convencidamente que el arte debe apoyar al pueblo, sin embargo, también estoy convencido que no debe ser panfleto. Es un reduccionismo en el que cayó el realismo socialista, y lo que logró fue coartar manifestaciones artísticas de elevadísimo nivel, cayendo repetidamente en autoritarismos artísticos, si se permite la conjunción de palabras casi contradictorias. Estoy de acuerdo con vos en que tiene que ser la obra la que hable, sin embargo no termino de comprender a que te referís con que "el primer análisis de comunicación ya quedó agotado y empezás otro". Otra duda que me gustaría despejarme, es ¿Cómo conseguiste lograr esa intervención en el museo regenteado por el paladín del capitalismo menemista en Córdoba? Es algo que no termino de explicarme, sabiendo la orientación que le quisiste dar a la obra. Imagino que tuviste que presentar un proyecto que debió ser aprobado. No creo que el caraffa preste su jardín ante el primer pedido.
Creo que me extendí demasiado, pero va a cuenta de los días que tardé en escribirte, incorregible defecto mi impuntualidad.
De más está decir que tus deseos de continuar estas conversaciones son mutuos.
Saludos.
Sergio "
Dolores: Se ha mencionado que hubo 20 artistas trabajando en la obra, me gustaría saber sus nombres. Por otro lado, al observar el despliegue de la intervención es evidente que se requirió una importante cantidad de dinero para la compra de semillas, el tendido de riego por goteo, fertilizantes y jardineros contratados para el cuidado durante todo el tiempo requerido;¿quién financió la obra?.
ResponderEliminarY Yo. Quien queres que la pague...
ResponderEliminarSecretaria de Cultura? No tiene presupuesto.
El Banco de Cordoba? No hay creditos para artistas.
Monsanto? Que yo sepa no sponsorea obras de arte y si asi lo hicieran no les pediria que me financien.
No existe un Fondo Provincial de las Artes.
Es una obra efimera. No esta a la venta. No cobro entrada.
Es mas, las semillas que coseche, las voy a donar a la Fundacion Surcos, que impulsa la creacion de huertas en
los asentamientos marginales del Gran Cordoba.
Si seguis leyendo el blog, en las primeras entradas vas a encontrar la lista de artistas y amigos que me acompañaron en la siembra.